16 ene 2013

La mejor princesa del mundo.


Deja ya de engañarte. Eres la causa de ti mismo, de tu tristeza, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso o de tus éxitos, alegría y paz. - Jorge V. Santamaria
Quién dijo que la melancolía es elegante? Quitaros esa máscara de tristeza, siempre hay motivo para cantar, para alabar al santísimo misterio, no seamos cobardes, corramos a decírselo a quien sea, siempre hay alguien que amamos y nos ama.
Gloria Fuentes.


La mejor princesa del mundo.

La luz iluminó su pequeña cara, sus rasgos tan finamente definidos en una piel de porcelana que con el simple toque de el aire uno temía se pudiera llegar a dañar. Despertó abriendo sus perfectos ojos color café chocolate brillante, un color tan avariciado entre las personas, usualmente el color era usual y común pero éste era un color no simplemente café, era el café en todas sus versiones ,mezcladas en una sola; miró hacia el techo y sonrió, sonrió porque su mundo era feliz, no había preocupación alguna ni peligro por el cual preocuparse.


-Buenos días, princesa-Saludó Nefertari mientras entraba a su habitación. Amira sonrió mostrando sus perfectos dientes y su perfecto brillo que emanaba al mostrar esa sonrisa, Nefertari suspiró tristemente y le devolvió la sonrisa.-Toma esto y enseguida te doy tu desayuno.-Le tendió un pequeño botecito de plástico y un vaso con agua mientras salía para entrar con el carrito en el que traía todo para preparar el desayuno.
-¿Qué es lo que me das hoy , Nefertari?-Preguntó la joven mirando con mucha atención el contenido del plástico.
Nefertari la miró con lástima y ternura al saber lo que Amira quería escuchar.-Las de hoy son de felicidad y esperanza.-Dijo y comenzó a partir en pequeños trozos el desayuno de la joven. Amira sonrió ante su respuesta y tomó las píldoras, una por una.
-Algún día él y yo nos casaremos-Habló Amira mientras veía a Nefertari preparar su desayuno.-Tú me colocaras mi vestido blanco, el vestido será hermoso, en el frente tendrá un escote discreto y un bordado hecho a mano , unas mangas largas,  la caída de mi vestido será amplia y lisa, la cola de será inmensamente larga y todos dirán “Miren que hermosa luce Isabella en su vestido”. Tú y Luca serán mis padrinos de boda.
Nefertari terminó de trozar el desayuno mientras escuchaba a Amira, se sentó a un lado de ella y comenzó a darle de comer cuidadosamente. Cuando Amira terminó de comer y de narrar su boda ideal, Nefertari se puso de pie dejando un beso en su frente y salió de la habitación llevándose todo. La joven se quedó pensando en su vida, ella era una princesa hermosa, tenía una vida perfecta, Nefertari era su pequeña hada madrina que le ayudaba en todo y le hacía la vida fácil, Luca, su mayordomo, consejero y mejor amigo siempre la procuraba, se preocupaba por ella y la trataba de una forma tan cuidadosa que hasta a una flor le daría envidia y por último, estaba su príncipe, diario iba a visitarla para ver cómo estaba o qué necesitaba, la hacía tan feliz. Sí, su vida era perfecta.
-¿Lista para salir a asolearte un poco pequeña?-Entró Luca sorprendiendo a Amira con la mirada en el techo.
-¿Iremos a la fuente Luca?-Preguntó sonriente la mujer mientras se imaginaba bajo el rayo del sol.
-Como siempre-Afirmó mientras la cargaba suavemente y la colocaba en la silla para llevarla más fácilmente fuera. Salieron de la habitación, él empujando su silla mientras que Amira sonreía a todo el personal que se encontraba en el camino de su palacio. Al salir al jardín sintió el calor del sol abrazar su piel, no pudo evitar sonreír y aun más cuando logró escuchar el canto de un pequeño grupo de pájaros.
-La fuente Luca-Dijo Amira al verla a lo lejos.-Apúrate Luca, quiero ver a los pequeños-Sonrió contenta. Luca apresuro sus pasos, al llegar la tomó en brazos sacándola de la silla y la sentó en la orilla de la fuente.-Hola hermosos-Saludó Amira a los peces en el agua. Ningún pez se acercó a su posición.-¿Me odian?-Su sonrisa desapareció enseguida.-No fue mi intención no venir las tres semanas pasadas, mi príncipe al parecer quiso que descansara un poco en mi habitación-Les susurró como si fuera un gran secreto.-¿Saben? Creo que pronto me va a pedir que me case con él. ¿No les pone feliz saber eso?
Amira siguió hablándoles a los peces mientras que Luca le acariciaba el cabello mirándola de la misma forma que lo hacía Nefertari, con tristeza y lástima, estuvieron ahí una hora completa bajo el rayo del sol, Luca la habría dejado más tiempo ya que sabía que estar ahí la hacía feliz, pero si se quedaban ahí, eso la podría afectar y no quería que Amir empeorara.-Debemos irnos ya pequeña.-Amira lo ignoró completamente mientras seguía observando el agua.-Amir.-Habló nuevamente pero ella siguió ignorándolo.-Vámonos ya.-Dijo mientras se ponía de pie para tomarla en brazos y colocarla en su silla.
-¡No!-Gritó Amir empujándolo con sus piernas.-¡No quiero Luca, me quiero quedar aquí!-Comenzó a gritar perdiendo el control.
-Amir, ninguno de los dos queremos que me regañen y que a ti te den medicamentos ¿Cierto?-Preguntó con tono paciente como solía hacerlo siempre con ella, era con la única que se comportaba de esa forma, ella le recordaba tanto a su difunta hermana menor, las dos tenían un parecido enorme, tan frágiles, sensibles, nobles, con una inocencia que ya nadie en el mundo tenía y las dos con una vida equivocada, una vida que no merecían y que ellas no se habían buscado nunca, el destino se las había dado y eso nadie lo podía cambiar a pesar de los enormes esfuerzos que se hicieran ahí.
-No-Contestó bajando la mirada.-Pero, no me quiero ir Luca. Por favor, déjame otra hora más aquí, no quiero regresar-Comenzó a derramar lágrimas.
-No llores princesa, -Comenzó a limpiar con su mano las pequeñas lágrimas que salían de los ojos chocolate-pero no podemos quedarnos aquí más tiempo, sabes que puede haber consecuencias. Vámonos.-Iba a tomarla en brazos cuando Amir le profirió un golpe con sus piernas logrando hacerlo caer al piso, se puso de pie y se alejó corriendo mientras gritaba repetidamente “No me quiero ir”. Luca se puso de pie rápidamente y salió corriendo atrás de ella después de gritar a un compañero que le hablara a Nefertari deprisa.-¡Ven aquí Amir!-Gritó a punto de alcanzarla, Amira seguía corriendo por el extenso jardín del lugar tirando a unas cuantas personas a su paso y descontrolando a más gente, era más que seguro que habría problemas ahí. Amir seguía reacia a detenerse cuando tropezó debido a su imposibilidad de moverse libremente, Luca corrió aun más veloz para verificar que ella estuviera bien.
Ay Amir, ¿Qué has hecho? Pensó Luca mientras le revisaba la cara obteniendo una mirada furiosa por parte de Amir.
-Te dije que podría haber consecuencias-La reprendió mientras observaba unos pequeños rasguños en la cara de porcelana.-Ahora sí, nos vamos.-La tomó en brazos y la cargó, Amira comenzó a retorcerse como si fuera un gusano en un charco de limón.-¡Suéltame! ¡No quiero ir! ¡TE ODIO! ¡ODIO A TODOS! ¡ODIO ESTE LUGAR!-Gritaba la pobre mientras soltaba numerosas lágrimas llenas de dolor. Luca trataba de controlarla forzando el agarre de sus brazos, sin embargo mientras hacía eso, era obvio que también lidiaba con el dolor producido por las palabras –Que no eran razonadas al soltarlas- de su pequeña Amira, él sabía que ella no era consiente de lo que pasaba realmente pero aun así le dolían. Mientras Luca seguía tratando de normalizar a Amir, llegó corriendo una muy preocupada Nefertari con unas pastillas en la mano, Luca ya sabía qué era lo que seguía. -¿Es muy necesario hacerlo?-Le preguntó a su novia esperando que la respuesta fuera “no”.
-Sabes que lo es Luca-él la miró acusatoriamente-A mí también me preocupa Luca, debía haber traído la inyección, sin embargo traje esto así que no me mires de esa forma, ambos sabemos que es por su bien-Dijo defendiéndose y se acercó a Amir quien seguía gritando incoherencias.
-Princesa, necesitas tranquilizarte y tomarte esto-Le acarició suavemente el cabello.
-¡No! ¡Tú eres buena Nefertari, dile que me suelte, diles a todos que me dejen salir! Por favor Neffy-Susurró lo último suplicando haciendo que el corazón de la joven de cabellos cortos se rompiera en mil pedazos al saber que no podía acceder a su súplicas por más que así lo deseara. -Debes tomar esto princesa. Luca se limitaba a cargar a Amira.
-¿Me dejarás ir?-Le preguntó Amira dando a entender que estaba condicionando la situación. Amira ya se había tranquilizado un poco así que Nefertari le pidió a el rubio que la sentara en el pasto y fuera por la silla.
-No puedo hacer eso princesa-Se sentó frente a ella.-Pero te puedo proponer algo, si te tomas esto, prometo que haré que Ettore te vea lo más pronto posible.-Enseguida se le iluminaron los ojos chocolate reanimándola nuevamente.
-¿Harías eso Nefertari?-Preguntó ilusionada y ansiosa. Neffy asintió contenta de verla sonreír nuevamente. –Gracias, gracias Neffy-No dejaba de repetir eso mientras la abrazaba fuertemente.-Siempre he sabido que eres la mejor hada madrina del mundo-Le dijo al oído.
-Y tú la mejor princesa del mundo-Le respondió Nefertari antes de separarse para tomar las pastillas y el agua.
-¿De qué son?-Preguntó ansiosa por la respuesta.
-De magia y de ilusiones. Amira sonrió, Nefertari siempre le daba las mejores cosas y a ella le alegraba eso, Neffy le puso las pastillas en la lengua y le ayudo a tomar el agua, tragó las dos píldoras de color naranja y blanco y enseguida comenzó a sentir como su cuerpo se relajaba quitándole toda la tensión del cuerpo y un cansancio enorme la invadía. Seguro es por la magia que me siento así. Pensó antes de cerrar sus ojos.
Entre sueños Amira imaginaba caminando por los jardínes del palacio de la mano de su príncipe, él constantemente le susurraba al oído cuanto la amaba y ella sonriente le abrazaba cada vez que él se lo decía. Amir ya podía verse en la iglesia esperando a entrar por la puerta grande para caminar por todo el pasillo mientras que él la esperaba en el altar viéndola con idolatría. Siguió soñando diferentes escenas hasta que sus ojos decidieron reaccionar y se abrieron lentamente encontrándose con el techo de su habitación, como cada vez que despertaba, Amir nuevamente sonrió de la misma forma en que lo había hecho esa mañana. –Hoy vendrá mi príncipe.-Se dijo a sí misma antes de pararse y asomarse por la pequeña ventana abarrotada que había en su cuarto. Se quedó mirando a través de ella ,perdida nuevamente en sus pensamientos hasta que sus oídos escucharon la puerta abrirse, pero su mente aun no se había dado cuenta, estaba tan perdida en sus fantasías que no se daba cuenta de lo que sucedía a su alrededor.
-Hola Amir-Saludó Ettore mientras se acercaba a ella, colocó una mano en su hombro, sin embargo ella seguía absorta en otra dimensión. Ettore se quedó así sin tratar inútilmente de sacarla de sus pensamientos.
-¡Ettore!-Gritó Amir al darse cuenta después de varios minutos que él estaba ahí.-¡Viniste antes!-Dijo contenta mientras recargaba su cabeza en el hombro de él.
-Claro que sí, me dijeron que era la condición para que tomaras tus pastillas-La abrazó sabiendo que eso era lo que ella quería.
-¿Algún día me van a quitar esto?-Habló ella señalando sus brazos.
-Dependiendo de cómo sigas Amir-Contestó él sin asegurar alguna respuesta. Ella simplemente suspiró rindiéndose y volvió a recargar la cabeza en el hombro de su príncipe.
-¿Qué pasó hoy en el jardín Amira?
Amira gimió al saber que se había enterado.-¿Cómo te enteraste?
-Sabes que es responsabilidad de Luca y de Nefertari decirme todo lo que pasa contigo.-Habló tranquilamente. Amir enseguida separó su cabeza de él y se alejó furiosa sentándose en la esquina de su cuarto en el piso.-No te enfades con ellos, sabes que se preocupan por ti al igual que yo y es su deber decirme todo para que tú estés bien.-Le dijo poniéndose en cuclillas frente a ella. Al ver que ella seguía un poco enfadada la tomó del mentón suavemente y le plantó un beso en la comisura de los labios provocando un sonrojo en ella y un brillo de amor, ilusión y esperanza en sus ojos.
-¿Te preocupas por mí?
-Sabes muy bien que lo hago.-Se sentó a un lado de ella y le pasó un brazo por los hombros acercándola a él un poco.
**
-Buenos días princesa.-Saludó como todas las mañanas Nefertari al entrar al cuarto de Amira.
-Hola Neffy-Contestó emocionada.
-¿A qué se debe la alegría de hoy?-Le preguntó curiosa mientras preparaba como siempre el desayuno.
-Ayer Ettore me besó, Nefertari-Dijo emocionada. Inmediatamente Nefertari dejó de hacer lo suyo y se quedó petrificada.
-¿Ettore qué?-Preguntó como si no hubiera escuchado nada. Se giró para ver a Amir a la cara para saber si era una más de sus fantasías o era verdad.
-Me besó-Repitió nuevamente la enamorada.-Justo aquí.-Puso su dedo índice sobre el lugar exacto en donde estuvieron los labios de Ettore, en la comisura de su boca. Nefertari suspiró aliviada al ver dónde le había dado un beso, sabía que si la hubiera besado realmente ,habría grandes problemas.-¿No estás contenta Neffy?
-Sí, me alegra mucho escuchar eso princesa-Se acercó a ella para liberarle los brazos y enseguida tomó el frasco de plástico pequeño y el vaso de agua y se lo tendió a Amira, ella ya sabía que hacer. Volvió a enfocarse en el desayuno de Amir. Una vez que desayunó la llevó al cuarto de baño para asearla.
Esa tarde Isabella no vio a Luca, sabía que era por lo ocurrido el día anterior, se sentía tan culpable pero es que no podía evitar eso, solo esperaba que no hubieran regañado a su amigo. Ese día más tarde fue nuevamente Ettore para ver cómo estaba.
-Hoy extrañé a Luca.-Dijo triste.-¿Lo has regañado?-Preguntó preocupada.
-¿Ya has comido?-preguntó él evadiendo su pregunta, ella sabía perfectamente que la respuesta era sí y todo había sido su culpa.
Después de la partida de Ettore, mientras esperaba a Neffy se quedó meditando sobre lo que pasaba, estaba decidida a comportarse y lo haría sin ayuda de nadie, al llegar Nefertari, le dio sus pastillas y se giró para servir su cena, lo que nunca pensó fue que Amira no iba a tomar las pastillas sino que las iba a esconder debajo de su almohada, cuando se retirara Nefertari las escondería en otro lugar, tomó del vaso de agua para que Nefertari no sospechara y siguió la rutina de siempre.  Al día siguiente hizo lo mismo, tenía la esperanza de que sin tomar esas pastillas de felicidad, ilusiones, esperanza y esas cosas, ella pudiera sembrar naturalmente todo eso en su interior. Que equivocada estaba.
-¡Luca!-Gritó en cuanto lo vio entrar al cuarto.-¡Qué alegría me da verte!-Se paró y se acercó a él recargando su cabeza en el hombro del rubio. –Siento mucho lo de antier, no quería que te regañaran, sé que no debo portarme así pero…-Se disculpó cabizbaja.
-No te preocupes pequeña, sé que no fue con malas intenciones y no fue a propósito-Habló Luca entendiéndola a la perfección. Esa tarde no pudieron salir al jardín por instrucciones estrictas de Ettore, claro que Amira no sabía eso.
**
-¿¡Qué demonios ha pasado Luca?!-Preguntó furioso Ettore mientras trataba de estabilizar a Amira.
-¡No lo sé! Salimos como siempre a caminar cuando tuvo un ataque severo, Nefertari y yo tratamos de manejarlo pero no pudimos-Habló sintiendo culpa.
-¡No sirven para nada!-Gritó encolerizado sin pensar en las palabras ni en el daño que podrían causar.
-Ettore, yo-Hablaba torpemente Nefertari sin dejar de llorar.-Encontré todas las pastillas que le he dado, estaban escondidas en el cuarto, no se tomó ninguna.
-¡¿No la vigilaste?! –Gritó aun más encolerizado.-¡Eres una incompetente Nefertari!
Siguió tratando de normalizar a Amira quien seguía en un trance después de un severo ataque. Después de darle un par de píldoras e inyectarle medicamento finalmente sus músculos se relajaron y se tranquilizó, sin embargo su mirada indicaba que no estaba mejor.
-Ettore.-Habló Amir con esfuerzo.-No nos vamos a poder casar. No podré ser tu princesa.-Dijo mientras una lágrima escurría por su mejilla izquierda. Ettore no podía escuchar eso, le partía el alma, la tomó de la cara con las dos manos y le habló firmemente-Siempre has sido mi princesa Amir, eres una princesa hermosa y vas a seguir siéndolo. Vas a estar bien.
-No es culpa de Nefertari ni de Luca, yo me quería recuperar sin ayuda de nadie para demostrarles que era fuerte -Dijo mientras los veía a los dos juntos,-Creo que no lo fui-Dijo mientras otra lágrima caía de sus ojos que poco a poco se iban apagando más.- los dos se acercaron a ella. Nefertari se arrodilló frente a la cama recostando su cabeza en el brazo de ella mientras lloraba. Luca a un lado de Neffy, le tomó la mano a Amira y habló.-Perdóname, no he sabido cuidarte debidamente.-Lloró, lloró una vez más, nuevamente le había fallado a una persona importante en su vida, nuevamente le había fallado a su hermanita, porque Amari había sido como su hermana menor. Con Ayana nunca pudo hacer realmente nada para intentar salvarla y ahora con Amari, que sí tuvo la oportunidad de poder ayudar, no había podido hacerlo.
-Ustedes siempre me cuidaron. Neffy, gracias por todo y siempre vas a ser la mejor hada madrina del mundo. Depositó un beso en la cabeza de ésta haciendo un esfuerzo enorme para enderezarse.-Luca, eres y siempre serás mi mejor amigo, el mejor amigo que una princesa pueda tener.-Le sonrió cálidamente y apretó su mano.-Ettore, mi príncipe-Dijo mientras lo veía con ojos de amor.-Te amo, y… sé que en mi mente tú también lo hiciste y tal vez en otro tiempo, otro espacio y otra realidad, tú y yo nos llegaremos a casar. Los amo a los tres.
-Ti amo mia principessa-Susurró Ettore en su idioma natal, al oído de ella antes de que sus ojos soltaran el último destello de felicidad y finalmente terminaran apagándose. Ettore realmente la amaba, siempre supo que no podía haber algo más que su relación de paciente-doctor, sin embargo él había hecho más grande la relación pero nunca se excedió a llegar a tener algo con ella, era peligroso para los dos, a él como consecuencia le traería perder su trabajo y cédula mientras que a ella le afectaría con su estado, nunca pudieron estar juntos pero finalmente en su cuento, su príncipe la había amado y se había preocupado por ella al igual que su hada madrina y su mayordomo, tal vez, en la vida real no era la vida que alguien soñaría, como bien había dicho Luca, Amir había tenido una vida equivocada, una vida que no merecía y que ella no se habían buscado nunca, el destino se la había dado y eso nadie lo podía cambiar a pesar de los enormes esfuerzos que se hicieran ahí. Nadie podría cambiar nunca el hecho de que ella, desde pequeña, presentaba frecuentemente ataques epilépticos y a la edad de 16 años, presentó un caso severo de esquizofrenia presentando alucinaciones, delirios, trastornos del pensamiento, problemas cognitivos de la atención, durante años su familia la llevaba a todo tipo de terapias intentando que ella mejorara su estado de salud, sin embargo, después de tantos intentos y decepciones, la familia termino abandonándola en ese manicomio, donde después de estudios y de observar su comportamiento, se dieron cuenta que la enfermedad comenzaba a avanzar despertando en ella otros comportamientos a veces agresivos o incontrolables que no sabían definirlos correctamente ni sabían cómo evitarlos completamente, por lo que tenía que estar la mayor parte del tiempo con una camisa de fuerza y tenía que depender de medicamentos para estar estable, Nefertari y Luca, eran los que se encargaban de su cuidado mientras que Ettore, uno de los doctores de el lugar, se encargaba de su salud, su progreso y su estado, habían hecho de todo, sin embargo desde las semanas en que tuvo que estar encerrada en su cuarto debido a una recaída enorme, todos sabían que el tiempo de Amira comenzaba a ser contado, sin embargo ella perdida en su mente, albergaba una felicidad e inocencia que pocos tenían, lograba contagiar a las personas de todo eso y por eso era aun más especial, era el más perfecto ejemplo de vida, donde a pesar de sus condiciones, ella nunca había perdido las ilusiones, las esperanzas ni las ganas de vivir sino todo lo contrario, en un intento mal elaborado ,ella había tratado de salir adelante por su propia cuenta para de alguna forma hacer felices a los demás, todos en el lugar sufrieron su pérdida, especialmente las tres personas más importantes en su vida, les costó trabajo recuperarse pero a fin de cuentas lo lograron y les sirvió de ejemplo para ser mejores a la hora de ayudar personas, eran más detallistas y más cuidadosos, Luca se encargaba de transmitir siempre toda la nobleza e inocencia de Amir en sus pacientes, Nefertari siempre trataba de llevar a todos lados su felicidad, ilusiones y esperanza, mientras que Ettore, con el mismo amor que ella le profesó ,él lo regalaba a todas las personas que podía. Finalmente la princesa ,había sido la mejor princesa del mundo.

La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.

Heinrich Heine.
Los locos abren los caminos que más tarde recorren los sabios.
Carlo Dossi.
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N/A:
Significado de nombres:
Luca
Variante italiana de Lucas. El que resplandece. De origen latino. Es práctico, lógico, responsable y constante. En general consigue lo que se propone ya que pone su gran energía para lograrlo. Nombre Italiano.

Ettore

Hace referencia al héroe troyano. Algunas autores relacionan su origen con Kektoreon, cuyo significado es "Aquel que esculpe" o "Aquel que es una persona formada". Nombre Italiano.
Nefertari
Nefert-Ary fue una reina egipcia de la dinastía XIX, conocida universalmente por la bellísima tumba en la que fue enterrada. Fue la Gran Esposa Real de uno de los faraones más conocidos de la historia, Ramsés II, el Grande, y parece ser que no sólo jugó un importante papel en el corazón de este hombre sino que fue una brillante mente política.

Ayana-Linda flor. Orígen Africano.
Amira-Princesa, soberana, líder. Orígen islámico.

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